No hay duda de que el mindfulness (conocido también como consciencia plena o atención plena) es una maravillosa forma de centrarnos en el momento presente.
Y no solo para los adultos. Está más que comprobado que también puede ser realmente beneficioso para niños y adolescentes.
¿Qué es el mindfulness en los niños y adolescentes?
El mindfulness supone una maravillosa técnica a la hora de gestionar mucho mejor las emociones y el estrés para niños y adolescentes, logrando también una enorme sensación de serenidad y bienestar.
Y es que uno de los principales objetivos de la atención plena es que las experiencias presentes se acepten tal y como son, sin intentar cambiarlas o controlarlas. En definitiva, vivir el “aquí y ahora» con amabilidad y una actitud abierta.
Si además tenemos en cuenta que es precisamente a estas edades cuando se están construyendo las bases de la inteligencia emocional, estos beneficios pueden ser todavía mayores tanto para la psicología infantil como para la psicología juvenil, potenciándose a lo largo de toda su vida. Asimismo, supone una forma muy efectiva de controlar varios problemas como el trastorno de déficit de atención (TDA) o la impulsividad, entre otros. Por eso no es extraño que cada vez sean más las familias que deciden que los más pequeños de la casa empiecen a practicar el mindfulness desde muy temprana edad.
¿Qué beneficios tiene el mindfulness en los niños y adolescentes?
Estas son algunos de los beneficios que el mindfulness proporcionará a niños y adolescentes:
- Contribuye a que aprendan a perdonarse tanto a sí mismos como a los demás de manera más significativa, ya que sabrán cuál es el valor del perdón.
- Valorarán y apreciarán mucho más lo que les rodea, desarrollando de ese modo la gratitud hacia ellos y hacia los demás.
- Su autoestima, confianza y seguridad aumentarán. Y es que con las actividades de mindfulness aprenderán a valorarse interiormente y a no depender de la aprobación de los demás para aceptarse.
- Experimentarán sus emociones de forma saludable y adaptativa, respondiendo con calma y evitando la impulsividad.
- Se entrena la atención y la consciencia, algo con lo que desarrollarán una enorme capacidad para evitar distracciones.
- Gestionarán de mejor manera las frustraciones, aprendiendo a su vez de sus fracasos y errores.
- Aunque parezca que a esas edades todavía no tienen pensamientos negativos o rumiaciones, lo cierto es que los tenemos desde edades muy tempranas. Aprender a controlar la mente a través de meditaciones es realmente beneficioso a la hora de evitar estas ideas intrusivas.
- Los juegos de mindfulness proporcionarán a los niños y adolescentes grandes mejoras en sus capacidades cognitivas (por ejemplo, la creatividad o la lógica).
- Desarrollarán la capacidad de autoconocimiento gracias a las herramientas para conocer su interior que les proporcionan los ejercicios de mindfulness. Esto hará que sean más conscientes de sus capacidades.
No hay duda de que tanto niños como adolescentes pueden verse muy beneficiados si incorporan esta técnica de meditación a su vida.
¿Cómo practicar mindfulness con niños y adolescentes?
Cuando se practica el mindfulness a estas edades se utilizan como base los programas utilizados con adultos, pero incorporando también en muchas ocasiones juegos que aumentarán la motivación y lo harán todo más sencillo y natural. Veamos algunos ejemplos:
¿Cómo meditar con niños?
- Como si no lo conocieran: se dice a los niños que imaginen que son extraterrestres y que describan con todo detalle objetos (por ejemplo, algo de comer, como verduras o frutas) como si fuera la primera vez que están en contacto con ellos usando sus sentidos para percibirlos (olor, sabor, color…).
Relajación guiada enfocada en los niños: se les pide que centren su atención en la respiración. Esto les relajará a la vez que los mantendrá concentrados. También pueden poner sobre su tripa un muñeco o peluche y se enfocarán en cómo este sube y baja mientras ellos inspiran y sueltan el aire.
¿Cómo practicar la atención plena con adolescentes?
- Al ritmo de la música: el adolescente elegirá una canción con la que no esté familiarizado (lo ideal es que no la haya escuchado antes y que esté muy alejada de sus estilos preferidos). Y es que el principal propósito es que se concentren tanto en los detalles como en las sensaciones que esta música les genera. Puede hacerse con los ojos abiertos o cerrados.
- Caminando: caminar es una actividad que tienen asumida desde niños, así que lo más probable es que lo hagan con el “piloto automático» puesto. Esta vez lo harán al aire libre de forma consciente. Concentrándose en el entorno (sin música que les distraiga), así como en los movimientos de su cuerpo. También respirando con calma.
Enfocarse en el momento presente sin dejarse llevar por los pensamientos y sentimientos negativos es una excelente manera de vivir sin tantas preocupaciones y tomando las mejores decisiones.